El debate de la globalización trata, en realidad, sobre las ventajas o desventajas de la implantación de las políticas económicas neoliberales a escala mundial, coincidiendo a su vez, con el clásico debate entre derechas -a favor de la globalización- e izquierdas -en contra-. Estas nuevas políticas promueven la desregulación (el término más correcto sería re-regulación) de los mercados internacionales para permitir el trafico de mercancías y empresas con libertad por los diferentes países del mundo. Para Manuel Castells “la interdependencia de los mercados financieros es la expresión más determinante de la globalización, permitida por las nuevas tecnologías de la comunicación y favorecida por la desregulación y liberalización de los mercados”. La crisis financiera que afecta al mundo en la actualidad está directamente relacionada con la globalización de la economía.
El Origen del problema.
El origen de ésta crisis está en EEUU. Allí, los bancos, que ven reducido su negocio por la caída de tipos de interés, al pasar en un período muy corto del 6.5% al 1%, deciden dar préstamos más arriesgados por los que cobrar más intereses. Los beneficiarios de este tipo de préstamos van a ser los NINJA (no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades) . Estas personas iban a ser beneficiarios de hipotecas por encima del valor de sus casas porque “lo bancos pensaron que el peligro quedaba mitigado por el hecho de que el precio de sus viviendas estaba subiendo: si algún día tienen problemas, pensaron, las familias podrán vender la casa a un precio superior al de la hipoteca, lo que les permitirá devolver el dinero” . Los bancos concedieron tantas hipotecas que su número llegó a alcanza el límite estipulado por la convención de Basilea, que restringe los créditos concedidos a una determinada proporción de su capital. Para solventar esta situación los bancos crean unos fondos de inversión -solución permitida por la regulación de Basilea- que comprarán sus propios créditos, estos los empaquetarán -técnicamente: titularizarán- juntando en un mismo paquete hipotecas prime (las buenas) y subprime (las hipotecas basura), para luego venderlas a inversores por todo el mundo como productos seguros y altamente rentables, productos que, previamente, habían obtenido ratios de calificación elevados por las Agencias de Rating. El problema llegó cuando el precio de la vivienda, de forma inesperada, empezó a caer, y el titular de una hipoteca se encontró ante la disyuntiva de tener que pagar una hipoteca de 100.000 dólares para quedarse con una casa que vale 60.000 o dejar de pagar la hipoteca y devolver la casa al banco. La decisión habitual de los NINJA fue ésta última disparando los índices de morosidad entre los tenedores de hipotecas subprime. Los activos que contenía este tipo de hipotecas fueron declarados tóxicos. Estos activos habían cambiado de manos tantas veces que no se sabía cuantos existían en el mercado ni quien los tenía, de modo que las entidades financieras empezaron a desconfiar unas de otras, dejando de prestarse dinero entre ellas. Esto provocó la repentina subida de los índices interbancarios, en Europa el Euribor, que son la referencia para la actualización de intereses hipotecarios, lo cual repercutirá en las familias al aumentar la cuota mensual de su hipoteca y, por consiguiente, el aumento de la morosidad entre los titulares de hipotecas prime en todo el mundo. Es así como la ambición de unos bancos estadounidenses acabó en una crisis de tamaño mundial.
Defensores y críticos.
Los agentes defensores de una y otra posición obedecen a identidades muy diferenciadas. Quienes defienden la globalización suelen ser instituciones internacionales patrocinadas por los estados más poderosos del planeta, como el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), partidos políticos de derechas o fundaciones ligadas a estos -por ejemplo, FAES, estrechamente ligada al PP- y las grandes multinacionales; mientras que quienes se posicionan en contra suelen ser los nuevos movimientos sociales constituidos en forma de organizaciones no gubernamentales o asociaciones, generalmente de carácter local y/o temático, cuyos recursos son aportados por los miembros del grupo, personas individuales. Mientras que quienes se muestran a favor de la globalización forman un conjunto de actores homogéneo con vocación internacional, quienes están en contra son una diversidad de movimientos que defienden intereses variados -económicos, climáticos, biológicos, pacifistas, feministas, etc.- unas veces con carácter local y, otras, internacional. Entre los movimientos más representativos se puede citar Acción Global de los Pueblos, ATTAC, Fitty Years is Enough, Marcha Mundial de Mujeres, Black Bloc o Anticapitalista Bloc. Muchos de estos movimientos se están uniendo actualmente entorno al Foro Social Mundial. En Galicia se celebró recientemente, días 5, 6 y 7 de cidiembre, el I Foro Social Galego (FSGal).
FAES cree en la libertad económica y defiende la propiedad privada, la economía de mercado y el libre comercio como elementos indisociables de la libertad y motores de prosperidad y progreso. José María Aznar, en la clausura del Curso FAES 2007 decía: “Aquí se ha defendido una economía abierta en una España abierta. Se han reclamado leyes claras, sencillas e iguales para todos. Se han denunciado arbitrariedades que tanto han dañado la competencia y tanto crédito han restado a España en el exterior” . Defiende el Pte. de la FAES en su discurso la política económica liberal de su gobierno, una política abierta al mundo, privatizadora y re-regularizada contraponiéndola con las políticas que le precedieron, según él, más cerradas, dominada por la empresa pública e intervencionista en la privada.
A pesar de su marcada ideología liberal, la FAES reconoce que las medidas intervencionistas realizadas por distintos gobiernos son necesarias para evitar el desplome financiero, si bien advierte al gobierno sobre los peligros de tratar de dirigir la política inversora de los bancos; “son los bancos los que se dedican a prestar y los que lo saben hacer mejor” concluye . No se advierte en los textos que he podido leer crítica alguna al sistema regulatorio de los diferentes estados.
Para el FSGal el origen de la actual crisis es la regulación neoliberal dominante en el mundo, un sistema que impulsa la concentración de riqueza en las manos de una minoría de personas, en detrimento de las retribuciones de los trabajadores; un sistema que rebaja el poder adquisitivo de los trabajadores al mismo tiempo que trata de mantener el consumo mediante un endeudamiento continuado en el tiempo. Consideran que frente al discurso ideológico del neoliberalismo “existen alternativas posibles, alternativas elaboradas dende una teoría democrática y socialista que apueste por el progreso social, la soberanía de los pueblos y la defensa ecológica de la naturaleza”.
Entre los pensadores que se posicionan a favor o en contra de la globalización financiera o, dicho de otro modo, se muestran a favor o en contra de una regulación más o menos estricta para los operadores internacionales de los mercados financieros se encuentra Xavier Sala i Martín y Paul Krugman , éste último premio Nobel de Economía de 2008.
X. Sala i Martín alerta sobre los peligros de las intervenciones que los estados están realizando para salvar la actual crisis financiera. Defiende que ya existe una regulación suficiente para haberla evitado a la vez que admite la existencia de una regulación financiera, basada en la convención de Basilea que permite la práctica de la ingeniería financiera por estas entidades; aquí encuentro cierta incoherente en su discurso: o existe una regulación restrictiva -no aplicada por las administraciones- o existe una permisiva; las dos a la vez no tiene sentido. El autor pone de manifiesto las virtudes del actual sistema regulatorio en EEUU frente a las restricciones existentes en España para llevar a cabo inversiones más arriesgadas. Habla de los fondos de capital riesgo que, a diferencia de los fondos que contenían hipotecas basura, si se sabe que contienen, son transparentes, y quienes invierten en ellos son conocedores del riesgo al que se están exponiendo. El colapso de uno de estos fondos jamás afectaría a la confianza entre entidades financieras. Sin embargo no se puede decir lo mismo de los fondos que dieron origen a esta crisis, pues nadie conocía en realidad lo que contenían, es más, las hipotecas -prime y subprime- eran “empaquetas” en paquetes que se llaman MBS (Mortgage Backed Securities, o sea, Obligaciones garantizadas por hipotecas) […] rebautizados como CDO (Collateralized Debt Obligations, Obligaciones de Deuda Colateralizada), como se les podía haber dado otro nombre exótico. . Este engaño dio origen a la desconfianza entre entidades financieras, frenando el intercambio interbancario y, posteriormente colapsando el mercado financiero.
Paul Krugman, al igual que X. Sala i Martí, hace una mirada retrospectiva para señalar el origen de la actual crisis; apuntando a la crisis de las puntocom, momento en que debería haberse regulado un sistema financiero que empezaba a dar muestras de fragilidad en lugar de optar por soluciones a corto plazo. P. Krugman acusa a los dirigentes políticos de estar excesivamente preocupados por salir de ésta crisis a la vez que intuye que, una vez superada, todos -políticos, economistas, inversores,…- estarán demasiado eufóricos para acordarse de adoptar medidas para evitar la siguiente crisis, como ya pasara en el pasado. Considera que es ahora, cuando hay que dar los primeros pasos para evitar nuevas turbulencias financieras. Lo que se deduce de sus palabras del Nobel es que a los reguladores de los mercados les interesa esta fluctuación de los mercados, pues no muestran el más mínimo interés en crear un nuevo marco regulatorio.