La Crisis Financiera Global.

Globalización: defensores y críticos. La Crisis Financiera Global.

El debate de la globalización trata, en realidad, sobre las ventajas o desventajas de la implantación de las políticas económicas neoliberales a escala mundial, coincidiendo a su vez, con el clásico debate entre derechas -a favor de la globalización- e izquierdas -en contra-. Estas nuevas políticas promueven la desregulación (el término más correcto sería re-regulación) de los mercados internacionales para permitir el trafico de mercancías y empresas con libertad por los diferentes países del mundo. Para Manuel Castells “la interdependencia de los mercados financieros es la expresión más determinante de la globalización, permitida por las nuevas tecnologías de la comunicación y favorecida por la desregulación y liberalización de los mercados”. La crisis financiera que afecta al mundo en la actualidad está directamente relacionada con la globalización de la economía.

El Origen del problema.

El origen de ésta crisis está en EEUU. Allí, los bancos, que ven reducido su negocio por la caída de tipos de interés, al pasar en un período muy corto del 6.5% al 1%, deciden dar préstamos más arriesgados por los que cobrar más intereses. Los beneficiarios de este tipo de préstamos van a ser los NINJA (no income, no job, no assets; o sea, personas sin ingresos fijos, sin empleo fijo, sin propiedades) . Estas personas iban a ser beneficiarios de hipotecas por encima del valor de sus casas porque “lo bancos pensaron que el peligro quedaba mitigado por el hecho de que el precio de sus viviendas estaba subiendo: si algún día tienen problemas, pensaron, las familias podrán vender la casa a un precio superior al de la hipoteca, lo que les permitirá devolver el dinero” . Los bancos concedieron tantas hipotecas que su número llegó a alcanza el límite estipulado por la convención de Basilea, que restringe los créditos concedidos a una determinada proporción de su capital. Para solventar esta situación los bancos crean unos fondos de inversión -solución permitida por la regulación de Basilea- que comprarán sus propios créditos, estos los empaquetarán -técnicamente: titularizarán- juntando en un mismo paquete hipotecas prime (las buenas) y subprime (las hipotecas basura), para luego venderlas a inversores por todo el mundo como productos seguros y altamente rentables, productos que, previamente, habían obtenido ratios de calificación elevados por las Agencias de Rating. El problema llegó cuando el precio de la vivienda, de forma inesperada, empezó a caer, y el titular de una hipoteca se encontró ante la disyuntiva de tener que pagar una hipoteca de 100.000 dólares para quedarse con una casa que vale 60.000 o dejar de pagar la hipoteca y devolver la casa al banco. La decisión habitual de los NINJA fue ésta última disparando los índices de morosidad entre los tenedores de hipotecas subprime. Los activos que contenía este tipo de hipotecas fueron declarados tóxicos. Estos activos habían cambiado de manos tantas veces que no se sabía cuantos existían en el mercado ni quien los tenía, de modo que las entidades financieras empezaron a desconfiar unas de otras, dejando de prestarse dinero entre ellas. Esto provocó la repentina subida de los índices interbancarios, en Europa el Euribor, que son la referencia para la actualización de intereses hipotecarios, lo cual repercutirá en las familias al aumentar la cuota mensual de su hipoteca y, por consiguiente, el aumento de la morosidad entre los titulares de hipotecas prime en todo el mundo. Es así como la ambición de unos bancos estadounidenses acabó en una crisis de tamaño mundial.

Defensores y críticos.

Los agentes defensores de una y otra posición obedecen a identidades muy diferenciadas. Quienes defienden la globalización suelen ser instituciones internacionales patrocinadas por los estados más poderosos del planeta, como el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), partidos políticos de derechas o fundaciones ligadas a estos -por ejemplo, FAES, estrechamente ligada al PP- y las grandes multinacionales; mientras que quienes se posicionan en contra suelen ser los nuevos movimientos sociales constituidos en forma de organizaciones no gubernamentales o asociaciones, generalmente de carácter local y/o temático, cuyos recursos son aportados por los miembros del grupo, personas individuales. Mientras que quienes se muestran a favor de la globalización forman un conjunto de actores homogéneo con vocación internacional, quienes están en contra son una diversidad de movimientos que defienden intereses variados -económicos, climáticos, biológicos, pacifistas, feministas, etc.- unas veces con carácter local y, otras, internacional. Entre los movimientos más representativos se puede citar Acción Global de los Pueblos, ATTAC, Fitty Years is Enough, Marcha Mundial de Mujeres, Black Bloc o Anticapitalista Bloc. Muchos de estos movimientos se están uniendo actualmente entorno al Foro Social Mundial. En Galicia se celebró recientemente, días 5, 6 y 7 de cidiembre, el I Foro Social Galego (FSGal).

FAES cree en la libertad económica y defiende la propiedad privada, la economía de mercado y el libre comercio como elementos indisociables de la libertad y motores de prosperidad y progreso. José María Aznar, en la clausura del Curso FAES 2007 decía: “Aquí se ha defendido una economía abierta en una España abierta. Se han reclamado leyes claras, sencillas e iguales para todos. Se han denunciado arbitrariedades que tanto han dañado la competencia y tanto crédito han restado a España en el exterior” . Defiende el Pte. de la FAES en su discurso la política económica liberal de su gobierno, una política abierta al mundo, privatizadora y re-regularizada contraponiéndola con las políticas que le precedieron, según él, más cerradas, dominada por la empresa pública e intervencionista en la privada.

A pesar de su marcada ideología liberal, la FAES reconoce que las medidas intervencionistas realizadas por distintos gobiernos son necesarias para evitar el desplome financiero, si bien advierte al gobierno sobre los peligros de tratar de dirigir la política inversora de los bancos; “son los bancos los que se dedican a prestar y los que lo saben hacer mejor” concluye . No se advierte en los textos que he podido leer crítica alguna al sistema regulatorio de los diferentes estados.

Para el FSGal el origen de la actual crisis es la regulación neoliberal dominante en el mundo, un sistema que impulsa la concentración de riqueza en las manos de una minoría de personas, en detrimento de las retribuciones de los trabajadores; un sistema que rebaja el poder adquisitivo de los trabajadores al mismo tiempo que trata de mantener el consumo mediante un endeudamiento continuado en el tiempo. Consideran que frente al discurso ideológico del neoliberalismo “existen alternativas posibles, alternativas elaboradas dende una teoría democrática y socialista que apueste por el progreso social, la soberanía de los pueblos y la defensa ecológica de la naturaleza”.

Entre los pensadores que se posicionan a favor o en contra de la globalización financiera o, dicho de otro modo, se muestran a favor o en contra de una regulación más o menos estricta para los operadores internacionales de los mercados financieros se encuentra Xavier Sala i Martín y Paul Krugman , éste último premio Nobel de Economía de 2008.

X. Sala i Martín alerta sobre los peligros de las intervenciones que los estados están realizando para salvar la actual crisis financiera. Defiende que ya existe una regulación suficiente para haberla evitado a la vez que admite la existencia de una regulación financiera, basada en la convención de Basilea que permite la práctica de la ingeniería financiera por estas entidades; aquí encuentro cierta incoherente en su discurso: o existe una regulación restrictiva -no aplicada por las administraciones- o existe una permisiva; las dos a la vez no tiene sentido. El autor pone de manifiesto las virtudes del actual sistema regulatorio en EEUU frente a las restricciones existentes en España para llevar a cabo inversiones más arriesgadas. Habla de los fondos de capital riesgo que, a diferencia de los fondos que contenían hipotecas basura, si se sabe que contienen, son transparentes, y quienes invierten en ellos son conocedores del riesgo al que se están exponiendo. El colapso de uno de estos fondos jamás afectaría a la confianza entre entidades financieras. Sin embargo no se puede decir lo mismo de los fondos que dieron origen a esta crisis, pues nadie conocía en realidad lo que contenían, es más, las hipotecas -prime y subprime- eran “empaquetas” en paquetes que se llaman MBS (Mortgage Backed Securities, o sea, Obligaciones garantizadas por hipotecas) […] rebautizados como CDO (Collateralized Debt Obligations, Obligaciones de Deuda Colateralizada), como se les podía haber dado otro nombre exótico. . Este engaño dio origen a la desconfianza entre entidades financieras, frenando el intercambio interbancario y, posteriormente colapsando el mercado financiero.

Paul Krugman, al igual que X. Sala i Martí, hace una mirada retrospectiva para señalar el origen de la actual crisis; apuntando a la crisis de las puntocom, momento en que debería haberse regulado un sistema financiero que empezaba a dar muestras de fragilidad en lugar de optar por soluciones a corto plazo. P. Krugman acusa a los dirigentes políticos de estar excesivamente preocupados por salir de ésta crisis a la vez que intuye que, una vez superada, todos -políticos, economistas, inversores,…- estarán demasiado eufóricos para acordarse de adoptar medidas para evitar la siguiente crisis, como ya pasara en el pasado. Considera que es ahora, cuando hay que dar los primeros pasos para evitar nuevas turbulencias financieras. Lo que se deduce de sus palabras del Nobel es que a los reguladores de los mercados les interesa esta fluctuación de los mercados, pues no muestran el más mínimo interés en crear un nuevo marco regulatorio.

Galiza, pequena nación

En Grandes Imperios, Pequenas Nacións Josep M. Colomer fai unha análise da viabilidade das pequenas nacións nun novo orden mundial dominado por grandes imperios e restándolle protagonismo e influencia, tanto a escala local como mundial, ós estados.

Para Josep M. Colomer “calquera traballo serio en ciencias sociais debería concretar: definicións e clasificación, cuantificación, hipóteses causais e teoría explicativa”. Tratarei de respectar ó máximo esta clasificación no ensaio que segue.

Os conceptos fundamentais tratados son tres: imperio, estado e nación. Co primeiro termo faise mención á estrutura política de maior tamaño, en territorio e poboación, con ausencia de límites fixos e con tendencia a expandirse, composto por diversos grupos e unidades territoriais, no que coexisten un conxunto de xurisdicións a múltiples niveis, a miúdo superpostas. É habitual confundir ‘imperio’ con réximes autoritarios e non ten porque ser así, poden albergar calquera réxime político, dende o autoritarismo de China á democracia de EEUU. Galiza pertence ó imperio europeo, un mperio en construcción.

As características que definen a un estado son o seu tamaño, menor que o do imperio, sendo normalmente grande ou mediano, o seu territorio é fixo e as súas fronteiras son formais, é soberano e monopoliza a xurisdición no seu territorio, independentemente do réxime político do que goce. Os estados tenden a homoxeneizar a administración e as características sociais e culturais do pobo. España é o estado ó que pertence Galiza, iso sí, un estado moderno, non soberano.

A nación é a forma de goberno máis pequena que estudaremos neste libro, ten altos grados de homoxeneidade étnica, definida polas características raciais, lingüísticas e relixiosas dos seus membros e sole adoptar formas de goberno simples e suaves, basadas na facilidade para configurar unha maioría social. A miúdo a nación confúndese co estado, co que coincide, pero non sempre é así. No mesmo estado poden confluír varias nacións, como sucede en España, ou varios estados poden dar lugar a unha soa nación, o exemplo máis notable é EEUU (varios estados, una nación e un imperio).

EEUU é na actualidade o imperio dominante no mundo, polo seu poderío económico e, sobre todo, militar. Sen embargo, outros imperios estanse desenrolando a un ritmo máis acelerado, ata o punto que xa se prevé que poidan igualalo -ou superalo- nun futuro próximo.

Os imperios que ameazan o seu dominio son China e Europa, pero tamén India, Brasil ou Rusia están experimentando notables avances. O autor tamén destaca la idoneidade da creación dun imperio en Oriente Próximo ou en África para rebaixar as tensións bélicas de ambas zonas. Sen embargo, estados, no mundo hai preto de 200. A súa tendencia foi a alza nas derradeiras décadas froito da segregación pacífica ou militar doutros estados, dando lugar a estados cada vez más pequenos. O maior aumento produciuse pola descolonialización, polo colapso da URSS e polas tensións políticas dos Balcáns.

O incremento de estados e o seu reducido tamaño obriga estes a unirse a outros para afrontar problemas comúns: de seguridade, económicos, estruturais e/ou políticos. A maior parte dos estados serían inviables fora das grandes redes de tamaño imperial. Isto sucede con multitude de estados resultado da descolonización que foro incapaces, por si sos de prover ós seus cidadáns dunha estrutura administrativa, de seguridade, alimentos, etc. Son os denominados estados fallados.

En Europa púidose por fin ás grandes guerras grazas á creación dunha zona económica común que posteriormente foi aumentando as súas competencias noutras áreas como o medioambiente, a cooperación policial e xudicial, política exterior, educación, cultura,… As alianzas militares permiten reducir o gasto dos estados en exércitos, a especialización dos mercados permite aumentar a produción, a promoción dunha lingua franca, o inglés, axuda a mellorar o entendemento entre diferentes culturas,… Pero a máis importante característica da creación do imperio europeo é a estabilización das democracias e o estado de benestar en todos os países membros.

O autor fai tamén referencia a dous casos particulares, o de Catalunya e o de Euskadi. Sobre Euskalerría di que é unha comunidade demasiado pequena para poder ser decisiva no Estado español, dahí a vontade independentista dunha importante parte da poboación. Tamén fai referencia á división étnica da sociedade vasca, froito das migracións sociais previas á democracia, o que supuxo un freo importante no proxecto para a libre determinación de Euskadi.

Catalunya, por poboación, a diferenza de Euskadi, si é determinante na gobernabilidade do Estado español, por iso se sente máis cómoda; sen embargo, sempre buscou máis autogoberno. Tal vez o imperio europeo sexa o marco no que se cumpran as súas expectativas.

Coincido co autor en que o mundo avanza cara unha era na que o estado irá perdendo influencia política a favor das nacións respecto ós cidadáns. Isto sucede por dous motivos: o primeiro, a descentralización política dos estados a favor de entes menores que poden adoptar multitude de formas -comunidades autónomas, provincias e concellos, no estado ó que pertencemos, ou cantón, lander, provincia,… noutros estados-. En España, na descentralización do Estado, tiveron gran importancia os nacionalismos, principais demandantes de novas transferencias. Logo, as iniciativas xurdidas dos partidos nacionalistas, vascos e cataláns, principalmente, sumáronse posteriormente outras comunidades autónomas que acabaron comprendendo que a xestión é moito máis eficiente canto máis preto están os órganos decisorios da cidadanía. Amais, o seren unidades máis pequenas as novas formas de goberno, propiciarán democracias máis participativas, nas que o cidadán e os novos movementos sociais, grazas ó desenrolo das novas tecnoloxías da información e do coñecemento, irán gañando protagonismo nas decisións colectivas. Coincidimos en que a tendencia da estrutura política do futuro estará dominada por grandes imperios e pequenas nacións, sen embargo, non se fai mención á forma na que pequenas nacións como Catalunya, Euskadi ou Galiza poderían pasar a formar parte directa dese gran imperio sen a intermediación do Estado español.

Josep M. Colomer tamén fai unha pequena referencia sobre o sistema electoral actual e o castigo ó que este somete ás pequenas formacións políticas, formacións que poderían xogar un papel importante na política do Estado de non establecerse un sistema que premie en exceso ó partido máis votado en cada circunscrición, independentemente de que sexa nacionalista ou non, sento este sistema especialmente inxusto nas circunscricións pequenas.

É por isto polo que o autor fala de baixa calidade democrática, porque este sistema provocou a desaparición de moitos pequenos partidos no pasado, que poderían ser decisivos no seu momento cun sistema máis xusto, pero moito máis no futuro. A elección deste sistema non foi casual, crían os que o adoptaron que con el se beneficiaría a dereita do país, despois dunha ditadura de dereitas que durou corenta anos, chegaron a pensar, non hai dúbida, que a xente non aceptaría outra opción distinta. Non foi así. Posteriormente, o partido que ocuparía o poder nunca cambiaría ese sistema, porque lle beneficia; aínda así, foi posible a alternancia no poder.

O autor defende a política unilateral de EEUU en referencia á guerra de Irak ó defender que se deben establecer democracias pola forza para aumentar a seguridade no mundo baixo a premisa de que xamais un estado democrático iniciara una guerra. Este razoamento é un tanto incoherente en canto que, EEUU, como estado democrático, si iniciou guerras de xeito unilateral, entre elas a de Irak. O máis probable é que esa guerra sexa froito dos movementos expansivos do imperio americano que non da democracia de EEUU. Son os perigos dun imperio, fenómeno que tampouco foi analizado neste libro.

Tamén fai referencia ó concepto de soberanía, ó parecer un concepto en constante revisión. Si entendíamos, nun principio, por soberanía a autoridade suprema que un estado ten sobre un territorio e unha poboación, e consideramos esta característica como algo propio dun estado, é evidente que no mundo actual poucos estados poderían denominarse así. A cesión de competencias que moitos estados, entre eles España, fixeron a favor de entes superiores, xa sexa en materia militar, económica e incluso política, fixeron que estes estados perderan parte da sua soberanía e, polo tanto, deberían deixar de ser denominados como tales. A reformulación deste concepto, coa que non concordo, chega a dicir que soberanía é o dereito que ten un estado para unirse a unha entidade imperial. A solución máis factible e coherente sería a facer uso de conceptos diferenciados: estados soberanos e estados non soberanos.

UN EXEMPLO ACTUAL

Recentemente Groenlandia, unha rexión de Dinamarca, aprobou un novo estatuto que lle da máis poder de autogoberno e que supón un paso moi importante cara á autodeterminación. Esta rexión ten unha extensión moi importante e unha poboación moi pequena -pouco máis de 50.000 persoas- pola hostilidade do clima. Este podería tratarse dun claro exemplo de nación pequena que necesita un imperio para sobrevivir. Ata agora Dinamarca foi a gran provedora de estruturas, administración, servizos sociais, etc. pero co descubrimento de importantes xacementos petrolíferos que co desxeo serán doadamente accesibles, Groenlandia pode ser máis que autosuficiente. O problema que se lle aveciña, no suposto de independizarse de Dinamarca, é a loita que, dende outros países, se pode desatar para a explotación deses recursos naturais, da que non poderá defenderse por si soa. Groenlandia estaría nunha posición na que podería prover as necesidades de todos os seus cidadáns, todas menos unha, a súa seguridade. Para poder facelo necesitaría formar parte dun imperio –actualmente xa forma parte do europeo a través de Dinamarca-.

GALIZA, PEQUENA NACIÓN

Nunha situación semellante podería atoparse Galiza nun futuro máis ou menos próximo. Na actualidade Galiza tamén se atopa ligada ó imperio europeo pola súa pertenza o estado español e de seguir as tendencias políticas actuais de cesión de competencias a entidades superiores -Europa- e inferiores –as rexións- aqueles territorios cunha forte identidade recoñecida, interna e externamente, poderían pasar a formar parte directa deses imperios sen a necesidade de intermediación dun estado. O que si non tería moito sentido, dada a configuración política do mundo actual, sería perseguir a creación en Galiza dun estado-nación, totalmente soberano e desvinculado a organizacións superiores, xa sexan de carácter político, militar ou económico. Para garantir estabilidade económica é preciso ter unha moeda forte e pertencer a un mercado amplo e aberto; para garantir a seguridade, será necesario formar parte dunha alianza militar, pois para Galiza é imposible afrontar o custo dun exercito que manteña afastados as forzas dos grandes imperios -americano, europeo, ruso, chino,…- dos seu recursos naturais terrestres e mariños.

Na actualidade, e máis no futuro, é imposible a supervivencia dun estado, no sentido clásico do termo, provedor de tódolos servizos -infraestruturas, estrutura administrativa, seguridade, comercio, alimento, enerxía, etc. – os cidadáns sen a cooperación supraestatal dun imperio.

Os novos xa non nos cren

Esté é o titular dunha nova que publica hoxe o diario El País. Non sei si estades ó tanto da violencia desatada en Grecia, uns din que a raiz da morte dun rapaz de 15 anos polo disparo dun policia. Eu non estou moi dacordo con esa tese. Estamos pasando por unha crise económica forte, que ameaza con empeorar –iso din os analistas económicos que antes non a viron chegar-, e este tipo de crises desatan violencia. Ultimamente son moitos politólogos os que se encargan de lembrarnos, cada día, as consecuencias políticas do crash do 29 sinalandoo como o detonante da Segunda Guerra Mundial. Esaxeran.

A crise económica global co conseguinte colapso de multitude de multinacionais, o continuo despedimento de traballadores, a perda dos aforros invertidos pola baixada das bolsas, para quen tiña cartos, a dificultade de acceder a créditos, para quen non os ten e os necesita, a falsedade contable das empresas -a inxeñeiría financieira, que lle chamaban antes-, as reduccións de salarios,… e a corrupción política, xeran desafección política e carraxe. A carrase é algo que tarde ou cedo acaba por emerxer na sociedade, e os cidadáns levamos moito tempo acumulándoa no noso foro interno, carraxe que os nosos dirixentes levan, tamén, moito tempo ignorando. Un exemplo, no ano 1980, o 13% dos enquisados pensaba que todos os partidos políticos eran iguais, e en 1992 esta porcentaxe era do 63%. Outro, no ano 1980, o 22% consideraba que os partidos só serven para dividir á xente, mentres que en 1992 esta cifra aumentara ó 41%. Non sei que se respondería hoxe en día a esas preguntas, pero seguro que seguiron a mesma tendencia.

Na noticia a que fago referencia o Rector da Universidade de Atenas sentencia: “Os novos xa non nos cren. Respetannos, ou tolerannos, pero xa non nos cren. Fixemoslles perder a esperanza no sistema”.

Noticias relacionadas:

A democracia é absolutamente nihilista

Centos de estudantes bloquean o centro de Atenas e enfróntanse a policía

Os plans anticrise levantan desconfianza

A pregunta que máis se repite nos medios de comunicación cando o entrevistado é un responsable político é ata cando durará esta crise. É o que todos queremos saber, lóxico. Canto máis coñecementos teña aquel en materia económica máis evasiva será a súa resposta. Non hai nada máis atrevido que a ignorancia, tanto para ignorantes neglixentes como para ignorantes enganados. O que non deben ter en conta estes atrevidos responsables políticos é que a necesidade esperta a intelixencia do máis ignorante.

Hoxe o diario La Vanguardia fai público un estudo no que se pregunta ós cataláns si creen na eficacia futura das medidas económicas que se están adoptando dende os diferentes gobernos, central é autónómico. A resposta é moi esclarecedora pois case o 80% dos entrevistados pensa que estas medidas non serán suficientes e só un 9% cre que si o serán. A maioría, un 45%, tamén se amosa desfavorable as axudas dos gobernos a banca mentres que o 42% amósase a favor da medida -supoño que se trata daqueles que ten aforros e os ven perigar-.

A min o que si me gustaría é que os medios galegos invertisen máis en facer este tipo de estudos sobre a nosa sociedade pois, para que unha socidade avance, é preciso que se coñeza cada vez máis a si mesma. Esa é unha das múltiples razóns polas que Catalunya nos leva vantaxe,… outra podería ser a confianza. Os galegos somos moito máis desconfiandos ca eles polo que tamén é moi prevesible que creamos ainda menos nas medidas anticrisis gubernamentais.

Quen se fai a mesma pregunta acerca das medidas anticrisis é Paul Krugman, o premio Nobel de Economía 2008 nun artigo titulado para que non esquezamos, no que sinala a clara implicación da clase política nesta crise ó non reformaren o sistema financieiro a tempo e estaren esperando a que a crise se resolvese soa, pese os sinais inequívocos dunha burbulla inmobiliaria. Di Krugman que “metres a burbulla inmobiliaria seguía inchándose, os prestamistas estaban gañando moitos cartos concedendo hipotecas a calquera que entrara pola porta; os bancos de inversores estaban gañando ainda máis cartos reconvertindo esas hipotecas en novos e relucentes valores; e os xestores de capital que se apuntaban enormes ganancias sen realizar ó comprar esos valores con fondos prestados parecían verdadeiros xenios e pagábaselles como corresponde”. Ningén quería escoitar a uns economistas patéticos advertindo que aquílo era, en realidade, un negocio piramidal de dimensións descomunais.

Ademais hoxe coñecemos que a economía de EEUU empezou a contraerse en decembro de 2007; enterámonos un ano despoís. Que estes datos se coñezan un ano máis tarde deixa de manifesto a implicación dos organismos reguladores que, normalmente, publican por adiantado este tipo de previsións, entre eles o FMI presidido entón polo Sr. Rato, demasiado ocupado naqueles intres en atacar a xestión do goberno do Sr. Zapatero. Non resulta creíble que todos erraran,… é un escándalo maiúsculo!

Que son as subprime?

Neste video podedes atopar a resposta esa pregunta. Logo de moito buscar esta é a analise máis seria e acertada que atopei sobre a verdadeira orixe da crise financiera, as hipotecas subprime, así como das consecuencias que se poden derivar dela.

Estados fallidos

No ámbito político, a difusión deste termo foi en boa parte resultado do 11 de setembro de 2001. Os ataques foron directamente relacionados polo goberno de Bush co colapso do estado en Afganistán, feito que facilitou o entrenamento e a organización de grupos terroristas nesa rexión. Neste contexto, a identificación de estados a punto de desintegración ou fallidos pasou a ser un obxectivo da seguridade nacional para Estados Unidos.

Estados fallidos: con este concepto alúdese a aqueles estados incapaces de prover os bens políticos fundamentais asociados á idea de estado: seguridade física, institucións políticas lexítimas, administración da economía e benestar social (Patrick, 2006).

Entre as iniciativas que analizan o grado de estado fallido dun listado de países está a promovida pola organización Fund for Peace, que toma en consideración 12 criterios (movementos masivos de refuxiados e desplazados, suspensión ou aplicación arbitraria do estado de dereito, deterioro dos servizos públicos, severo declive económico, etc.).

Nestes derradeiros días, logo da morte de dous soldados nun atentado en Afganistán, a moitos dos políticos deste país, entre eles o nacionalista Francisco Jorquera, faltóulles tempo para pedir contas ó goberno pola presenza das tropas españolas en Afganistán. A ningunha destas formacións políticas se lles ocurriu preguntar, non agora, en ningún momento, polas labores de reconstrucción do estado fallido de Afganistán. Eu non son para nada inocente, ben sei que o feito de que as tropas internacionais estén en Afganistán e non en Somalia, Sudán, Congo,… por exemplo, está directamente relacionado cos intereses gasísticos e petrolíferos de Halliburton, empresa estreitamente relacionada co actual vicepresidente dos EEUU, Dick Cheney.

Do mesmo modo que rexeito moitos dos argumentos para a presenza de tropas internacionais en Afganistán, tampouco podo aceptar a demagoxia e insolidariedade que se agocha detrás de todas estas manifestacións oportunistas que se suceden trala morte de alguén neste tipo de misións. O que se debería facer nestes casos é gabar a quen tivo a firmeza, valentía e solidariedade de acudir en axuda daqueles que máis o necesitan, porque, non ó esquezamos, quen forma parte do exercito é plenamente consciente de cal é a labor que vai realizar… e hoxe en día, ninguén vai obrigado.

Os europeos -galegos incluidos- dende a descolonización vivimos mirándonos para o embigo. Ese proceso descolonizador xurdiu trala segunda guerra mundial co fin de asentar os estados europeos sobre unha base territorial máis concentrada e gobernable, sen territorios alén do mar, o que deixou a estes novos estados -en América, África e Asia- sen ningún tipo de infraestructura básica, sen unha verdadeira identidade de país, froito da diversidade étnica, lingüística e relixiosa, pero cunha economía totalmente dependente da vella Europa. Nestes estados fallidos, especialmente en África, sucedéronse as guerras, as epidemias, a fame,… e todo tipo de catastrofes, ante a cegueira dos que noutra época foran os seus colonizadores. Por iso, as preguntas axeitadas deberían ser: porqué non están as tropas internacionais no corno de África? porqué non están no Nepal ou en Myanmar? porqué non están en Centroáfrica, no Congo, Chad, Zimbahue… ou no Sáhara? Hai moitas preguntas boas que agardan resposta.

O que eu espero é que as tropas internacionais non se retiren de Afganistán ata que este estado se converta nunha democracia capaz de prover ós seus cidadáns, xa non dos mesmos servizos que temos nos en Europa, pero si daqueles máis básicos: infraestructuras, administracións públicas, sanidade, xustiza, seguridade, etc. É unha débeda que o mundo occidental e desenrolado ten contraída co mundo subdesenrolado… e xa vai sendo hora de que a pague!